jueves, 5 de marzo de 2009

Viviendo el momento

-




Empiezan las vacaciones, destino, Nueva Zelanda. Esta vez habíamos decido ir a nuestras antípodas, conseguimos un buen precio 1900€ a través de una agencia y nos incluía todo, avión ida y vuelta más un vuelo interno, una noche de alojamiento en Seúl, seguro con todo incluido, caravana para 21 días, crucero por un fiordo, el cruce de una isla a otra, en fin, todo. Tan sólo teníamos que coger nuestros bártulos y una vez allí coger carretera y manta y ¡a disfrutar!





Habíamos hablado mucho de posibles rutas, qué ver, dónde ir. Buscamos información en foros, blogs de la gente, y bueno, más o menos teníamos pensado lo que queríamos hacer. Yo personalmente soy de no montar rutas estrictas, creo que la improvisación en un momento dado te puede llegar a aportar muchas cosas, y también porque no, quitar muchas otras, pero bueno, creo que es más divertido.






En otros viajes, esto de la improvisación parecía que no gustaba mucho, pero Nueva Zelanda era un país muy apropiado para esto, perderte por cualquier sitio, aparcar para dormir en cualquier lado esperando que llegase la mañana siguiente para comprobar qué maravilla de paisaje te proporcionaba dicho lugar, llegar a cualquier lado y echar a andar sin rumbo definido, pararte en una playa quilométrica y disfrutar dando un paseo de la fauna y flora del lugar…en fin, había cantidad de posibilidades.



También hay que decir que es un país apropiado para hacer cualquier tipo de deporte, desde montar a caballo, a tirarte con paracaídas…por lo tanto, otra cosa añadida para que surgiera cualquier posible situación en cualquier momento.






Llegó el día, cogíamos un vuelo dirección Seúl dónde estaríamos 2 días y de ahí a Nueva Zelanda. Comentar que la experiencia en Seúl nos agradó bastante, después de haber estado el año anterior con los chinos nos sorprendió gratamente ver que los coreanos eran bastante más limpios, civilizados y educados que los anteriores, y lo poquito que vimos de la ciudad nos gusto mucho, así que probablemente en algún otro momento de nuestra vida le dediquemos más tiempo a este país.Después de estos 2 días cogimos nuestro ansiado vuelo hacia Auckland, 12 horas después llegábamos para coger un vuelo interno con dirección a Christchurch dónde nos esperaba nuestra caravana.



Empezaba la aventura, primero coger la caravana (éramos 4 y habíamos cogido una de 6 para no sentirnos muy agobiados) y a conducir por la izquierda, una auténtica odisea, todos iban en sentido contrario, jajaja ¡estaban locos!, pero al final nos hicimos con el tema, aunque por muchos días que estuvimos de vez en cuando se te iba la pinza y te ponías a conducir a la “española”, pero fueron pocas veces. Nos quedamos 1 día más allí para ver la ciudad y luego dirección sur… a ver los maravillosos paisajes del “Señor de los añillos”. Teníamos una idea de la ruta que podíamos hacer, y más o menos que sitios visitar, aunque claro, todo “en teoría” era variable, se podía cambiar y .. tampoco tenía porqué ser así, en fin, empezamos nuestra ruta, y los primeros días pues más o menos, conducíamos bastantes horas, cosa que en principio no íbamos a hacer puesto que madrugábamos mucho para aprovechar al máximo las horas del día, y estar todo el día conduciendo se convertía en agotador, a parte de no disfrutar de lo que aquél país nos estaba dando.





Pasaron los días y aquello empezaba a convertirse en una auténtica carrera, nos pasábamos conduciendo hasta las 9 o las 10 de la noche, la mayoría del tiempo metidos en la caravana, luego, cómo al final sí que hubo una ruta “establecida” teníamos que llegar a todos los sitios, por lo que suponía conducir aún más, cosa totalmente absurda por nuestra parte, ya que somos gente que cuando algo nos maravilla nos gusta dedicarle tiempo y explayarnos en lo que estamos viendo, y claro, en ciertos momentos lo hacíamos y esto nos retrasaba aún más, y nos hacía conducir más horas al día para llegar al siguiente punto.




Luego, llegamos a un punto extraño, teníamos un crucero por un fiordo el MilfordSound que nos entraba en lo que habíamos contratado, pero ir hasta esta zona nos suponía hacer más de 100 Km. por unas carreteras de la leche, y volver a deshacer el camino puesto que en el fiordo se acaba la carretera y no había posibilidad de ir desde allí a ningún otro lado que no fuera del que veníamos, por lo que realmente nos iba a hacer perder mucho el tiempo, pero fuimos, ¡hombre qué si fuimos!, desde mi punto de vista, esto fue una auténtica chorrada, no voy a decir que el crucerito estuvo mal, porque fue muy agradable y las vistas geniales, pero ¿y todo el tiempo que perdimos sólo por ir y volver de allí?, realmente era innecesario y bueno, si que es verdad que estás al otro lado del mundo y quieres verlo todo porque no sabes si vas a volver, pero una de las cosas que primero olvidamos es que son “NUESTRAS VACACIONES” y estás, están para disfrutarlas, por lo tanto de esta manera poco disfrutas, porque al final se convierte en un maratón.



Después de todo esto tuvimos un “pequeño” (por llamarlo de alguna manera) percance, nos pilló un temporal impresionante, por lo que nos contaron hacía más de 30 años que esto no pasaba en Nueva Zelanda, y fíjate por dónde que pasó cuando nosotros estábamos allí, claro está, el tiempo es impredecible y bueno, si toca, toca. Este dichoso temporal nos retrasó aún más en nuestra “dichosa ruta”, ¿por qué?, pues porque tuvimos que quedarnos 2 noches en sitios que no teníamos ni pensados, estamos aislados, carreteras cortadas por todos los lados, y bueno, aquello era un poco caótico.


El problema ahora ya no era lo que no íbamos a ver, era que teníamos que llegar a Picton para coger el ferry a la isla norte y con esto nos quedaban 3 días para subir hasta Auckland, aquello parecía imposible, pero al final lo conseguimos.

La isla norte para algunos de nosotros pasó prácticamente sin pena ni gloria, sólo estuvimos 3 días, no llegamos a ver ni siquiera Hobbieton pero por lo menos hicimos una rutilla por el Tongariro, que algo es algo.



Y llegados a este punto y sin resumir la ruta, sólo queda decir, que unas vacaciones son unas vacaciones, para poder disfrutarlas hay que ir relajado y dejando penetrar en la retina cada imagen que se ve, cada momento que se vive, y aprovecharlo al 100%, un viaje de este tipo, metido en una caravana, con un espacio reducido y la misma gente durante tanto días y sin intimidad puede llegar a sacar lo peor de cada uno, con esto no quiero decir que nosotros tuviéramos ningún problema porque no fue así, pero imagino que cada uno se cansó de los demás en un momento determinado porque sí, es prácticamente inevitable. No convertir un viaje en una carrera, creo que es preferible ver menos, pero verlo bien y a tope, que hacerlo de manera superficial, si no se llega a todo, no pasa nada, siempre quedará en el tintero volver en algún momento aunque quizás no se haga.


Para aquellos que lean este blog, y quizás vayáis a este maravilloso país, sólo deciros que lo disfrutéis, que veáis lo que podáis y sin carreras, eso os dejará una sensación plena al 100%, y cómo diría alguien que yo conozco, disfrutar si podéis de los deportes que os ofrece, quizás en otro momento de vuestra vida no lo hagáis y está sea la única oportunidad, o quizás no, ¡quién sabe!